Por Guillermo Fuchslocher
Resumen: En este artículo, su autor cuenta que conoció en logia al recientemente fallecido hermano Alejandro Sigüenza hace 36 años y relata recuerdos fraternales, como la gestación de la logia Voltaire en la farmacia del hermano Alejo Sigüenza, a quien caracteriza como un buen hijo, esposo, padre, abuelo, hermano, amigo, ciudadano, profesional, hombre culto y comprometido con el cambio social y las grandes causas de la humanidad, lo que considera fue producto de la conjunción de sus orígenes (terruño y familia) con la formación masónica, tema que desarrolla a partir del contexto de su iniciación en un entorno masónico conservador, pero influido por hermanos progresistas, y toma como referente la metáfora masónica primitiva para narrar desde la cantera de donde provino, citando palabras del propio hermano fallecido, hasta el proceso formativo masónico, primero en el taller de desbaste, que gracias a las influencias recibidas no solo fue ético individual sino de preocupación por el entorno y librepensador, lo que fortaleció su pensamiento materialista, agnóstico y ateo, y posteriormente se concretó masónicamente en la fundación de las logias Espejo, de Rito Francés, y Miranda, de Rito Primitivo. Luego destaca el aporte formativo del segundo grado, en el que se sustentó su actividad multidisciplinaria y su aporte social e intelectual; el tercer grado, con su preocupación de trascendencia sociopolítica; y complementariamente su pertenencia a los sistemas de grados colaterales Escocés, Francés y Primitivo, pero alejado del carácter vanidoso y evasivo de la realidad social que suele aquejar a estos grados. Concluye que su trascendencia fue producto de su acción basada en su formación, la que se muestra en su pensamiento y en el recuerdo de su vida.